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El mantenimiento regular de las puertas de garaje es esencial para garantizar su buen funcionamiento, prolongar su vida útil y evitar averías costosas. Con unas pocas acciones preventivas, podrás mantener tu puerta segura, silenciosa y en óptimas condiciones durante todo el año. A continuación, te presentamos una guía sencilla con los pasos básicos que cualquier propietario puede realizar.

El primer paso es observar detenidamente la puerta y todos sus componentes:
¿La puerta se abre y cierra suavemente?
¿Hay holguras, tornillos flojos o piezas desgastadas?
¿Los rieles están rectos y sin obstrucciones?
Una inspección visual periódica permite detectar pequeños problemas antes de que se conviertan en fallas mayores.
Con el uso diario, los rieles acumulan polvo y residuos que pueden afectar el desplazamiento de la puerta.
Limpia los rieles con un paño seco o ligeramente humedecido.
Evita usar grasas o aceites en los rieles, ya que podrían atraer más suciedad.
Retira cualquier objeto o suciedad que pueda interferir en el recorrido.
Mantener los rieles limpios es clave para un movimiento suave y silencioso.
La lubricación es uno de los pasos más importantes del mantenimiento.
Aplica lubricante específico (preferiblemente en spray para puertas de garaje) en:
Bisagras
Rodillos
Ejes
Guías
Muelles (si el fabricante lo permite)
Una lubricación adecuada reduce ruidos, desgaste y esfuerzo del motor o del sistema manual.
Los muelles y cables soportan una gran tensión y son fundamentales para el equilibrio de la puerta.
Observa si los muelles muestran signos de óxido o deformación.
Verifica que los cables no estén deshilachados o sueltos.
Importante:
No intentes ajustar muelles o cables por tu cuenta. Estas piezas están bajo alta tensión y requieren intervención de un técnico profesional para evitar accidentes.
Una puerta desalineada puede forzar el motor, generar ruidos o incluso dejar de funcionar.
Puedes hacer una prueba sencilla:
Desconecta el motor (si es automática).
Levanta la puerta manualmente hasta la mitad.
Si se mantiene en su lugar sin subirse o bajarse sola, la puerta está bien equilibrada.
Si no, es necesario un ajuste profesional.
Para puertas automáticas:
Comprueba que las fotocélulas estén limpias y alineadas.
Verifica que el mando a distancia funcione correctamente.
Escucha si el motor hace ruidos inusuales.
Asegúrate de que la puerta se detenga ante un obstáculo (prueba de seguridad).
Un correcto funcionamiento del automatismo garantiza seguridad y confort en cada uso.
La puerta también requiere cuidados estéticos y estructurales:
Limpia la superficie con agua y jabón suave.
Una puerta cuidada no solo dura más, sino que también mejora la apariencia de tu hogar.
El mantenimiento de una puerta de garaje no tiene por qué ser complicado. Con inspecciones periódicas, limpieza adecuada y la ayuda de un profesional cuando sea necesario, tu puerta funcionará con seguridad y eficiencia durante muchos años.
Realizar estos pasos cada tres o seis meses puede prevenir averías y asegurar un uso cómodo y sin contratiempos.